Obcecada en el uso del mármol, la forma anterior del muro surge de la necesidad de disminuir el grosor al mínimo para volverse el material translúcido en el punto (caprichoso, también) deseado. Al cambiar el material, la solución, de estabilidad dudosa, pierde completamente el sentido.
Así, se busca un cambio de forma que satisfaga el efecto perseguido en un principio y sea, además, estable y poco aparatoso:
Planteamiento de mejoras posteriores a la entrega final del muro. |
Contacto con Frank Gehri y, la escultura Snake de Richard Serra , dentro del
Guggenheim. Se decide seguir con las curvas, pues aporta la profundidad y
belleza de la sombra y además, tumbada la sección y convertida en planta, confiere
estabilidad.
Se contempla preservar además la curva de la sección (sin estrechamiento en el centro) para intensificar el efecto de profundidad, y aparecen así espacios más recogidos, y una idea de intersección con los edificios.
Este encuentro, hace pensar en que las fachadas blancas van a reflejar la luz, arruinando el efecto, por lo que se decide finalmente alternar la curvatura.
Se observa también una posibilidad de prescindir de las curvas, inspirada en el mecanismo de lamas.
Así surge la idea de fragmentación, y se recupera la translucidez, esta vez en la unión de las lamas, ahora curvas, con largas ventanas de alabastro, con miras a crear pequeños espacios especiales.
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